Revista Salud y Bienestar Colectivo
Septiembre-Diciembre 2020. Vol 4, Nº 3 ISSN 0719-8736
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La vinculación ciencia- espiritualidad- salud, se ha convertido en un tema de estudio e
investigación dentro del campo de la medicina cuántica también conocida como medicina
integrativa. En 1902 ya William James en la universidad de Harvard, comenzó a defender
prácticas y terapias espirituales de sanación generando un gran revuelo dentro del mundo
académico. A lo largo de la historia de la humanidad, la espiritualidad estuvo asociada a la
búsqueda de equilibrio para restablecer la salud perdida. Recordamos como la modernidad
separo el conocimiento científico de todo lo relacionado con lo espiritual. Uno de los
campos donde la espiritualidad se ha desplegado con fuerza en estos momentos de Covid-
19 es en el sector salud, apareciendo un centenar de recetas, recomendaciones, ejercicios,
investigaciones, terapias y pare de contar…….
Toniol
(23)
, señala que asumir una actitud espiritual ayuda a la recuperación de la salud.
La espiritualidad en tanto dimensión que le otorga sentido a la experiencia de vivir; se ha
convertido en un aspecto fundamental para encarar la enfermedad y la muerte; formando
parte de la capacidad de simbolización del ser humano para transformar, cambiar,
comprender desde la fuerza espiritual, las contingencias más grandes que tenemos que
afrontar los humano/as.
Hoy se habla de Programación Neurolingüística, de Psiconeuroinmunología, de
Psiconeuroendocrinología, de Neurociencia, de Medicina Cuántica, de Bio-
decodificación, de Campos mórficos, y de un sinfín de prácticas terapéuticas que trabajan
con el poder del pensamiento y la fuerza de la espiritualidad para lograr equilibrar los
campos energéticos y enfrentar con otras armas, los desequilibrios orgánicos.
Investigaciones en el campo de la neurociencia, han servido para evidenciar la interrelación
entre el cerebro y el cuerpo. Cualquier pensamiento o sentimiento percibido en el cerebro
tiene efectos en la presión arterial, frecuencia cardiaca, aumento de las defensas o
disminución de las mismas. Con prácticas de meditación y gracias a toda una red neuronal
se activa la memoria espiritual generando equilibrio y sanación. Beauregard y Paquette
(24)
, Koenig
(25)
, Jurkowski, Kurlanska y Ramos
(26)
, Flannelly y Galek
(27)
, Mc Clain,
Rosenfeld
(28)
, Comings
(29)
, Suarez
(30)
y Díaz
(31)
, por razones de espacio es imposible
reseñarlos a todos.
Todo un interesante aire oxigenador del modelo medico hegemónico, abriendo
horizontes para el respeto a las creencias y de esta manera; humanizar el saber y la práctica
médica. Han aparecido nuevas carreras como la Neuroteologia donde se estudia la
neurología del sentimiento religioso y la espiritualidad. Sin embargo, el modelo bio-
medico aun goza de muy buena salud. Las escuelas formadoras de médicos/as,
enfermeras/os, siguen girando en torno a una formación cartesiana, lógico positivista donde
la espiritualidad continua satanizada y castigada duramente por el llamado saber docto.
Hoy podemos conocer interesantes experiencias donde la complementariedad
terapéutica, está evidenciando transformaciones ontológicas, teleológicas, axiológicas y
epistémicas frente al tratamiento de enfermedades crónicas como el cáncer, stress,
hipertensión, diabetes, trastornos cardiovasculares, sistema inmune, y un largo etc.
Mediante la práctica de la meditación, la respiración, la visualización, el yoga, el chi kung,
el tai chi, el biomagnetismo, la acupuntura, la musicoterapia, cristaloterapia, el reiky,
imposición de manos etc, se han puesto en práctica un sinfín de estrategias de