Revista Salud y Bienestar Colectivo ISSN 0719-8736
Ene-Abr 2020, Vol. 4, N.º 1, p. 10-23
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Es posible que “la gente quiera más de lo mismo”; liberalismo; pero liberalismo genuino,
con libertad, y verdadera igualdad de oportunidades, y con un Estado que se ocupe de
garantizarlas
(17)
. Un Estado que impulse una racionalización del modelo, comenzando por
corregir no sólo las desigualdades actuales, sino, sobre todo, las prácticas y mecanismos
perversos que las han generado y las siguen generando. Más liberalismo en la
racionalización de los márgenes de ganancias del empresariado, que podrían traducirse en
mejor calidad de vida para la población, para toda; en la reversión, sólo como ejemplo, de
los llamados “derechos de agua”, o concesiones como la del litio, que son contrarios a la
igualdad de oportunidades y la sana competencia que el Liberalismo defiende. No se trata
sólo de eliminar la desigualdad como efecto; sino de corregir las desigualdades que
parecieran haberla generado. Más liberalismo que nos lleve a, no sólo parecer, sino ser un
país de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE);
comparables en rentabilidad y márgenes de ganancia, impuestos, seguridad laboral; como
Alemania o Australia … Reivindicar el Liberalismo frente a la tentación colonialista; de
forma y fondo transparente y responsable; sin parapetarnos detrás del discurso anti-
comunista para defender groseros privilegios, o del discurso anti-capitalista sin proponer
soluciones viables. Tal y como se acordó en San Pedro Sula, Honduras, en septiembre
2019, en el Foro de Competencia de América Latina y el Caribe de la OCDE, del cual Chile
forma parte y, que “reúne a funcionarios de competencia de alto nivel cada año para
promover el diálogo, la creación de consenso y la creación de redes entre los encargados de
formular políticas y los encargados de hacer cumplir la ley en la región”
(18)
. Se refiere a
competencia, sana competencia, con igualdad de oportunidades, con un Estado garante,
legitimado por una relación digna y respetuosa entre ciudadanos. Los interlocutores
legítimos deben salir de sus trincheras, pero no para seguir aterrorizándose mutuamente
(19,
20)
. Todas y todos necesitamos, debemos y podemos ampliar nuestra mirada. Es posible
que los resultados que constituyen la “paradoja de Chile” tengan otras lecturas, que otros
significados del Bienestar, y otras Políticas Públicas sean posibles. La Constituyente,
Convención o Asamblea, es una oportunidad, no una amenaza.
Balance y perspectivas.
En términos clínicos, destacamos el aparente error diagnóstico, evidenciado en la evolución
tórpida del paciente colectivo, pues, aunque algunos de los reportes clínicos (cifras y
encuestas) lo caracterizan disfrutando de un oasis, otros signos y síntomas, calificados
rápidamente como paradójicos, o como ataques terroristas inducidos; reclaman una revisión
más exhaustiva, despojada del aparente exceso de confianza, por parte de las instancias
responsables del tratamiento. Los resultados de los esfuerzos terapéuticos actualmente en
desarrollo frente a la crisis (estallido social), son inciertos, con un paciente “despierto y
deliberante”, que mira, piensa, respira y recorre las anchas alamedas, no necesariamente
con violencia.
Por otra parte, la contrastación que hemos intentado logra evidenciar lo que puede
interpretarse como fallas sorpresivas en el comportamiento clínico colectivo respecto a la
noción de bienestar, entendido como éxito-consumo-conformidad, dispositivo propio del
modelo neoliberal, fundado en el individualismo y la competencia de mercado; y que
mostrarían en el discurso colectivo de octubre 2019, algunas condiciones de posibilidad