Revista Salud y Bienestar Colectivo
Mayo-Agosto, 2021. Vol 5, Nº 2 ISSN 0719-8736
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producción y de explotación, pues conceden un lugar preeminente a las voces de la patronal
a quienes también conceden conocimiento en conducción social, por ejemplo, El Colegio
de México ha propuesto invertir cerca del 4,7% del PIB en programas de aseguramiento de
condiciones funcionales de explotación de plusvalor a las que eufemísticamente denomina
bienestar y seguridad laboral
.
¿Es esto bienestar? ¿Existe realmente la posibilidad de alcanzar el pleno bienestar para
todos? Pensar así nos lleva directamente a una aporía en el pensamiento sobre el bienestar,
el bienestar no es una meta como los adalides del discurso sub-desarrollista quieren ver, no
es una carrera por la vida, sino la vida misma, es un proceso.
Eso que se nos ofrece como bienestar urbano, no es bienestar, pues no es bien habitar, por
el contrario, puede aparecer para unos, como un infernal corral de manejo de un fondo de
energía extraída de la miseria humana, que pareciera inagotable, y en condiciones de
máxima aceleración del crecimiento del flujo. La urbanización aparece como una
imposición preformada artifactual, adminículo de la acumulación en curso. Aquí la
hipótesis dismal es que el programa económico global en curso es tan racional como una
ecuación de crecimiento logístico en fase exponencial de la biomasa, pero no en reactores
bioquímicos, sino aplicada a los fondos humanos en la urbanización, no exentos de la
interacción termodinámica en el gran reactor bio-geo-físico planetario.
El problema con los intentos de definición universalista del bienestar es que, no es posible
tal generalidad de algo tan inherentemente ligado al mundo de la vida en su diversidad de
posibilidades. El bienestar se nos aparece como una sensación subjetiva envolvente, que,
aunque está relacionada con aspectos materiales, no es algo que se proporcione
mágicamente como un don o el resultado automático de una inversión de capital. El
bienestar se nos aparece como una propiedad emergente de abajo hacia arriba, del ser y
estar en relación con el entorno, y en ese sentido, muy relacionado con el acto de habitar
desde el fondo ecológico. Y cuál sería la ventaja de acotar al bienestar como un habitar: El
habitar es una práctica concreta del existir aquí y ahora, en condiciones histórico-
materiales, incluidos los aspectos simbólicos de dicha existencia, permanencia y cambio.
Veamos un ejemplo de una máquina de habitar total, sacado del imaginario
cinematográfico de ficción: la Estrella de la Muerte, aparato infernal de la ficción de Stars-
Wars, como metáfora, más bien dicho, como modelo icónico, de un artefacto ubicado en los
límites asintóticos de las coacciones desintegradoras de la vida cotidiana, o un instrumento
de la funcionalización existencial total al sistema productivo-consuntivo. Acaso no la
estrella de la muerte acaba totalmente con todo orden natural, epítome de un sistema
sostenido artificial con exceso de energía, soportado tan solo con grandes miserias y
totalitarismos antidemocráticos, para la ecología política de mundos completos, ofreciendo
a sus habitantes, o quizá mejor dicho usuarios y robots, un mundo de botones, opciones,
luces de advertencia, números de condición, informes de estado, y demás automatizaciones
El Colegio de México, 2021.