Revista Salud y Bienestar Colectivo
Enero-Abril, 2021. Vol 5, Nº 1 ISSN 0719-8736
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jugar puede ser entendido como cualquier situación en la que los individuos deben tomar
decisiones estratégicas y en la que el resultado final depende de lo que cada uno decida
hacer
(5)
. El juego también es considerado como cualquier problema de toma de decisiones,
donde el rendimiento (que obtiene una persona) depende no sólo de sus propias decisiones
sino también de las decisiones de las otras personas que participan en el juego
(6)
.
Jugar tiene un impacto en la vida en comunidad, ya que el juego es uno de los principales
mecanismos de socialización, dada su naturaleza, además de contribuir al fortalecimiento
de un sentido de pertenencia, también facilita ejemplificar la vida cotidiana. A través del
juego se transmiten reglas, normas, valores y modelos de comportamiento, no solo se
ejemplifica la vida cotidiana, sino que además se crean imaginariamente nuevas formas de
vida. El juego representa una oportunidad de desarrollo cultural, porque a través de él se
proyectan actividades, formas de comunicación y organización que impactan en los futuros
roles de los ciudadanos y en los valores sociales. La naturaleza humana se convierte en
aquello que se piensa qué es, de acuerdo con este principio, cada persona se transforma de
acuerdo con la imagen que se han formado de sí mismos a través de sus prácticas de juegos.
Cuando el ser humano juega, está asimilando roles
(7)
, tomas de decisiones, patrones de
conductas y juicio social, que serán de utilidad cuando esté desenvolviéndose en contextos
formales e informales como por ejemplo en la escuela, en la casa, en la iglesia, en un
restaurante, en un centro comercial, en el parque, etc. Mientras se juega se asume un papel
que puede o no corresponder con la personalidad propia, dotado de actitudes y
características de dan una identidad momentánea durante el tiempo que dure el juego,
representa una forma de practicar distintas actitudes y/o formas de ser. Si desde la infancia
se práctica y asimila lo que pasa en una dinámica de juego, se le facilitará a la persona que
ha jugado, asimilar también lo que pase a su alrededor fuera del escenario de juego, y,
tendrá mayor oportunidad de comportarse de forma asertiva en su medio ambiente, con
mayor probabilidad de sentirse seguro, orgulloso y motivado para mantener patrones de
conducta adaptativos y para seguir aprendiendo nuevas reglas. Progresivamente, conforme
la persona crece a otras etapas del desarrollo humano acompañado de saludables prácticas
de juego, se contribuirá a afianzar una adecuada autopercepción y adaptación funcional.
2. Tipos de juegos.
Existen diferentes clasificaciones de los juegos, generalmente se fundamentan en
considerar alguno de los elementos que lo caracterizan, como es la modalidad del juego, la
cantidad de participantes, el área de desarrollo humano que principalmente se pone en
acción, etc. Un mismo juego puede clasificarse de diferentes formas tomando en cuenta sus
diferentes atributos. Por mencionar algunas de las clasificaciones hechas por expertos, se
encuentra la clasificación de los juegos configurativos, juegos de entrega, juegos
simbólicos, juegos tradicionales y juegos regulados
(8)
. Otra clasificación de los juegos se
centra en las cualidades que desarrollan
(9)
. También se pueden clasificar los juegos con
base en distintos criterios como: edad, grado escolar, intensidad del movimiento, forma de
participación, ubicación, característica y tipo
(10)
. Retomando estas categorías y analizando