Revista Salud y Bienestar Colectivo
Enero-Abril, 2021. Vol 5, Nº 1 ISSN 0719-8736
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KURT DANZIGER Y LA HISTORIA SOCIAL DE LA PSICOLOGÍA. Un proceso de
dominación sobre la experiencia psicológica.
KURT DANZIGER AND THE SOCIAL HISTORY OF PSYCHOLOGY. A process of
domination over the psychological experience.
Mg. Ps. Manuel Aros Nadal
Departamento de Ciencias Sociales, Universidad de Los Lagos
manuel.aros@ulagos.cl
https://orcid.org/0000-0002-9374-509X
Recibido: 02.12.2020
Revisado: 20.12.2020
Aceptado: 02.01.2021
Como citar este artículo: Aros, M. Kurt Danziger y la historia social de la Psicología. Un
proceso de dominación sobre la experiencia psicológica. Salud y Bienestar Colectivo.
2021; 5 (1): 64-71.
Resumen.
La tesis central sostenida en este breve escrito es que la autonomización de la psicología
respecto de la filosofía no se debió fundamentalmente a razones epistémicas, esto es, a la
delimitación de un objeto de investigación propio, ni al empleo del método experimental.
La autonomización de la psicología se debió fundamentalmente a razones políticas que
luego hicieron posible que pueda reclamar para misma ese objeto y ese método. Kurt
Danziger permite sostener esta afirmación a partir de la identificación de tres condiciones
históricas de posibilidad para dicha autonomización: a) la definición un objeto de estudio,
b) el establecimiento de un método de investigación y c) la institucionalización de la
relación entre ese objeto y ese método. Estas tres condiciones, a su vez, pueden ser
interpretadas en dos niveles de análisis considerando la crítica que formula el filósofo
chileno Carlos Pérez a la superioridad del conocimiento científico sostenida por Imre
Lakatos. En un primer nivel, de carácter epistémico, se pueden ubicar las dos primeras
condiciones históricas que refieren únicamente a las diversas formas de relación entre
objetos y métodos. En un segundo nivel, de carácter político, se puede ubicar la tercera
condición histórica que refiere a las instituciones que producen esas diversas formas de
relación entre objetos y métodos. Junto a Pérez se puede sostener que históricamente la
psicología, así como el resto del conocimiento científico, fundará su superioridad frente a
otras formas de conocimiento psicológico a partir de su rápida institucionalización y
consecuente control sobre la producción del saber psicológico.
Palabras claves: Psicología, Objeto, Método, Institución, Episteme y Política.
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Abstrac.
The central thesis of brief writing is that the autonomization of psychology to philosophy
was not due fundamentally to epistemic reasons -that is, to the delimitation of an object of
own research, nor the use of the experimental method. The autonomization of psychology
was fundamentally due to political reasons that later made it possible to claim that object
and that method for itself. Kurt Danziger allows to sustain this statement by identifying
three historical conditions of possibility for said autonomization: a) the definition of an
object of study; b) the establishment of a research method; and c) the institutionalization of
the relationship between that object and that method. These three conditions, in turn, can be
interpreted at two levels of analysis, considering the critique of the Chilean philosopher
Carlos Pérez to the superiority of scientific knowledge sustained by Imre Lakatos. At a first
level -of an epistemic nature, the first two historical conditions can be located that refer
only to the various forms of relationship between objects and methods. At a second level -
of a political nature, the third historical condition can be located, which refers to the
institutions that produce these various forms of relationship between objects and methods.
Along with Pérez, it can be argued that historically psychology -as well as the rest of
scientific knowledge, founded its superiority over other forms of psychological knowledge
based on its rapid institutionalization and consequent control over the production of
psychological knowledge.
Keywords: Psychology, Object, Method, Institution, Episteme, and Politics.
Introducción.
Pérez
(1)
en su ya clásico libro “Sobre un concepto histórico de ciencia” señala que Lakatos
en su teoría de los programas de investigación formula como norma epistémica para todo el
conocimiento científico la posibilidad de anticipar hechos de la experiencia. Esta norma
viene a contestar la imposibilidad de diálogo al interior de la ciencia resultante de la
inconmensurabilidad de los paradigmas descrita por Kuhn en su libro “La estructura de las
revoluciones científicas”. En simple, cada paradigma científico poseería su propia norma
epistémica la que cada cierto tiempo sería desbancada por otra nueva, dando lugar a una
revolución. La idea de programa de investigación, en cambio, no supone una norma
epistémica que se impone a las normas de otros programas, sino antes bien un conjunto de
hipótesis y reglas metodológicas que compiten con otras en la anticipación de determinados
hechos de la experiencia. Esta anticipación funge como criterio común de evaluación de los
programas. Ahora bien, esta norma efectivamente permite reestablecer el diálogo al interior
de la ciencia, no obstante, y esta es la crítica de Pérez, no permite dialogar con formas de
conocimiento no científico. La primera razón para ello es de orden lógico y tiene que ver
con la existencia de normas epistémicas no científicas con las que vuelve inconmensurable
toda posibilidad de diálogo. La segunda razón es política y es que las normas epistémicas
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no científicas en las sociedades modernas ocupan una posición de poder inferior a la norma
epistémica científica. Es más, toda vez que esta última ha intentado dialogar con ellas
históricamente ha devenido una relación de colonización.
El punto clave de la norma epistémica formulada por Lakatos
(2)
es la capacidad de
anticipación que éste atribuye sólo al conocimiento científico. En concreto ‘anticipación’
quiere decir que la hipótesis propuesta por un programa de investigación ocurre en los
hechos como verificación del enunciado, entendiendo que ‘los hechos’, ‘la experiencia’ son
el lugar de la verdad. Ahora bien, esta experiencia a la que refiere el conocimiento
científico no es cualquier experiencia, sino que una producida activamente como
experimento, es decir como situación gobernada por la razón. En consecuencia, la
capacidad de anticipación se revela ahora como capacidad de gobierno racional sobre los
hechos. En esto consiste la técnica moderna, en el poder de hacer que los hechos ocurran,
resulten y funcionen. Pero más fundamentalmente supone un concepto de experiencia como
algo susceptible de ser dominado por la razón. Dada esta situación es que la relación de la
norma epistémica científica con otras las normas epistémicas no científicas no pueden ser
sino de dominio, puesto que está hecha para eso. Históricamente, señala Pérez
(1)
, esta
norma es única dado que nunca antes una cultura había planteado con tal radicalidad la
dominación.
1. Tres condiciones históricas y dos niveles de análisis.
Danziger
(3)
en su texto “Los orígenes sociales de la psicología” plantea una historia de la
psicología como historia de las comunidades de psicólogos antes que de psicólogos
individuales o de teorías psicológicas abstraídas de su contexto social. Dos serán las
comunidades a las que dedicará este escrito, por su carácter fundacional, la primera de ellas
corresponde a la comunidad que se forma al alero del Laboratorio de Psicología
Experimental en la Universidad de Leipzig durante 1879 y la segunda a la comunidad que
se forma en los Departamentos de Psicología de las universidades estadounidense a partir
de la última década del siglo XIX. En el caso de la primera comunidad sus tres condiciones
históricas de posibilidad están en: a) la definición de la experiencia subjetiva como objeto
de estudio, b) el establecimiento de la experimentación como método de investigación más
frecuente y c) la fundación del ya mencionado laboratorio como institucionalización de la
relación entre las dos condiciones anteriores. La segunda comunidad, en cambio, tiene
como condiciones de posibilidad: a) la definición de las actividades o conductas humanas
como objeto de estudio, b) el establecimiento de la experimentación como exclusivo
método de investigación y c) la fundación de Departamentos de Psicología en las
universidades. Como ya anticipaba el comienzo de esta presentación, las dos primeras
condiciones históricas de posibilidad en ambas comunidades operan en un nivel epistémico,
es decir de relación objeto-método. Sin embargo, desde Pérez
(1)
, el nivel político que
compromete a la tercera condición histórica, resulta aún más fundamental dado que
determina la posición de poder que las dos primeras condiciones ocupan al interior de la
sociedad. Dependerá de esta posición y no de la argumentación epistémica el que la
psicología producida por una y otra comunidad pueda autonomizarse o no de la filosofía.
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2. La comunidad de Leipzig.
Respecto de la comunidad de Leipzig lo primero que habría que decir es que, desde un
nivel de análisis epistémico, la experiencia subjetiva y el método experimental buscan
autonomizar a la psicología de la filosofía. No obstante, desde un nivel de análisis político,
esa autonomización de la psicología pasa porque la comunidad de Leipzig pueda hacerse
con el control de la producción científica del conocimiento psicológico. Este nivel político
aparecerá en Danziger bajo el concepto de interés intelectual que por un lado implica
entender la experiencia subjetiva y el método experimental como construcciones cognitivas
y por otro que sobre esas mismas construcciones hay un interés social de la comunidad por
controlar la producción de conocimiento en torno a ellas
(2)
. Una historia que sólo se mueve
en el nivel epistémico no hace más que registrar las variedades de relación entre los objetos
de estudio y sus métodos de investigación. Sin embargo, una historia que además se mueve
en el nivel político remite esas variedades de relación a las instituciones y comunidades que
las producen en función de sus posiciones de poder respecto de otras instituciones y
comunidades.
Si con Pérez, en su crítica a Lakatos, el diálogo entre las normas epistémicas científica y no
científicas estaba imposibilitado por la posición dominante que la primera ocupa respecto
de las segundas, lo mismo podría decirse respecto de la relación que existió entre la
comunidad de Leipzig y las comunidades de filósofos y médicos en las universidades
alemanas. En lo que podríamos describir como una geopolítica de la academia, estas dos
últimas comunidades se encontraban por mucho más institucionalizadas que la incipiente
comunidad de psicólogos, por ejemplo, en el nombramiento de altos cargos universitarios,
así como en la profesionalización de sus integrantes con estudios doctorales y post-
doctorales. Las Facultades de Filosofía poseían una nutrida tradición de discusiones entre
grandes filósofos, Hegel había sido rector de la Universidad de Berlín en 1829. Asimismo,
las Escuelas de Medicina eran importantes centros de investigación científica, muy
especialmente la encabezada por Helmholtz. No obstante, y para ser más precisos en esta
geopolítica, Danziger va a señalar que el control sobre la experiencia subjetiva como objeto
de estudio estaba en manos de las Facultades de Filosofía, mientras que el control sobre la
experimentación como método de investigación correspondía a las Escuelas de Medicina
(3)
. Wundt, en este sentido, y a diferencia de buena parte de sus discípulos, consideró la
experiencia subjetiva como un objeto eminentemente filosófico motivo por el cual no sólo
lo investigó experimentalmente, sino que a través de la interpretación de textos. Asimismo,
no entendía que de la investigación experimental de la experiencia subjetiva se pudiera
inferir una nueva identidad profesional. De manera que, es la posición de poder de la
comunidad de Leipzig respecto de la producción del conocimiento en la universidad, la que
va a dar cuenta de la frustración del proyecto de autonomización de la psicología en
Alemania. Es por ello que Danziger no sitúa la fundación de la psicología profesional ni
científica en el laboratorio de Wundt. De hecho, en 1929 la Sociedad Psicológica Alemana
todavía no lograba institucionalizarse bien en el sistema universitario, protestando por la
reducción de puestos de psicólogos dado el aumento de los puestos para filósofos
(1)
.
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3. La comunidad estadounidense.
Esta comunidad se forma a partir de la comunidad de Leipzig con la facción de estudiantes
estadounidense que retornan a su país. Una diferencia fundamental entre ambas
comunidades es la referente a la producción de su objeto de estudio. La experiencia
subjetiva, señala Danziger
(1)
en su texto “Las raíces históricas del laboratorio psicológico”,
fue el resultado de la división social del trabajo experimental al interior del laboratorio de
Wundt entre “observadores” y “sujetos” de experimentación. Nuevamente, paréntesis, la
actividad investigativa al tiempo que es una actividad cognitiva también es una práctica
social. Los “observadores” eran los encargados de manipular las condiciones del
experimento, es decir, de la utilización de los aparatos de registro, mientras que los
“sujetos” de experimentación operaban como la fuente de datos, comunicando sus
experiencias sensoriales las que eran correlacionadas con lecturas de instrumentos. No
obstante, esta división no era rígida, toda vez que los estudiantes unas veces las hacían de
“observadores” y otras de “sujeto” de experimentación. Los roles laborales eran
intercambiables. Esta progresiva división del trabajo es la que irá produciendo un consenso
en torno al cuál es el objeto de estudio y cuál es su método de investigación.
En el caso estadounidense la actividad humana como objeto de estudio no es producto de la
división del trabajo, sino más bien de un proceso de legitimación de la comunidad de
psicólogos ante los intereses de los grupos de poder universitario. Estos grupos no eran
comunidades académicas, sino que comunidades de empresarios industriales que no sólo
financiaban a las universidades, sino que además muchas de ellas las habían fundado, por
ejemplo la Universidad John Hopkins y la Universidad de Clark. La situación de las
comunidades académicas, al contrario de Alemania, era de una muy baja
profesionalización. Citando datos de Rudolph, Danziger señala que para 1884, 19 de los
189 docentes de la Universidad de Harvard estaban en posesión de un doctorado, mientras
que sólo 6 de los 88 docentes de la Universidad de Michigan. El escenario empezaría a
cambiar recién la última década del siglo XIX. La comunidad de filósofos igualmente era
escasa y no se encontraba aún institucionalizada. Quizá lo más cercano a ello fuera el club
de los metafísicos de 1872 que reunió por fuera de la universidad al primer grupo de
filósofos pragmatistas, en el que participaban entre otros Charles Peirce y William James,
según cuenta Louis Menand en su libro “El club de los metafísicos”. De hecho, no será
hasta 1901 que la primera sociedad de filosofía se independizará de la Asociación
Americana de Psicología (APA). Otro tanto ocurría con la comunidad médica que para
1910 aún presentaba una deficiente profesionalización según publica el Informe Flexner en
su estudio de la educación médica de los Estados Unidos y Canadá. En el artículo “Una
perspectiva más amplia sobre el informe Flexner” Howard Berliner
(4)
señala que la
Asociación Médica Americana (AMA) pese a haber sido fundada en 1847 no logró sino
hasta 1910 empezar hegemonizar la enseñanza de la medicina en Estados Unidos. Durante
gran parte del siglo XIX convivió con un amplio número de comunidades médicas no
científicas que, por lo mismo, no estaban profesionalizadas. Agrega que la mayoría de los
médicos de esta asociación eran más bien investigadores con estudios de postgrado, antes
que clínicos dedicados al trabajo con pacientes. Además, eran muy escasos en comparación
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con éstos últimos y desprovistos de redes con las universidades. En este contexto la
comunidad de psicólogos estadounidenses encontró un mapa geopolítico favorable a sus
intereses intelectuales, dado que la experiencia subjetiva como objeto de estudio y la
experimentación como método de investigación no estaban bajo el control de ningún grupo
de poder académico como ocurría en Alemania.
El libro “Historia de la psicología” de David Hothersall
(5),
ubica los rudimentos históricos
de la psicología profesional estadounidense en 1883 cuando la Universidad John Hopkins
asigna a Granville Stanley Hall, discípulo de Wundt, el primer laboratorio de investigación
psicológica de Estados Unidos. Sin embargo, no será hasta 1889 cuando, presidiendo la
fundación de la Universidad de Clark, Hall inaugure el primer Departamento de Psicología
que da inicio formal a su definitiva profesionalización. Ambas universidades, como se dijo
anteriormente, son producto de la iniciativa privada de empresarios industriales. La primera
corresponde a un industrial ferrocarrilero del mismo nombre, mientras que la segunda al
industrial minero Jonas Gilman Clark. Es la legitimación ante a este grupo de poder lo que
va a modificar el objeto de estudio de la comunidad de psicólogos estadounidense, toda vez
que su interés está puesto en el desarrollo de técnicas de control social y de desempeño
tangible que permitan la adaptación de las personas a un sistema industrial rápidamente
racionalizado. Danziger va a entender este proceso de legitimación como un proceso de
subordinación de los intereses de una comunidad a los de otra comunidad que es
dominante. Para el caso de la comunidad de psicólogos dicha subordinación consistirá en la
transformación de su objeto de estudio en las actividades- conductas de los seres humanos,
dejando atrás la experiencia subjetiva. Este nuevo objeto resultará funcional para los
intereses industriales, permitiendo a la psicología autonomizarse de la filosofía y a su
comunidad hacerse con el control de la producción de conocimiento psicológico a través de
sus nacientes departamentos universitarios. Es recién ahora, con su profesionalización, y no
con el laboratorio de Wundt que nace la psicología como disciplina independiente en
Estados Unidos.
4. El dominio experimental de la experiencia psicológica.
La legitimación del interés intelectual de la comunidad de psicólogos estadounidense por su
subordinación al interés de la comunidad de industriales, no sólo transformó la actividad
humana en su nuevo objeto de estudio, sino que igualmente transformó el método de su
investigación. Danziger advierte que la experimentación en la comunidad de Leipzig tiene
varias diferencias con la experimentación desarrollada en Estados Unidos, no obstante la
más importante de ellas es la que refiere a la división social del trabajo experimental
(4)
.
Mientras que en la primera comunidad la división es dinámica, toda vez que los
“observadores” pueden ser “sujetos” de experimentación y viceversa. Para la segunda
comunidad la división es rígida dado que los “observadores” y los “sujetos” de
experimentación no pueden intercambiar nunca los roles. En consecuencia, en la primera
comunidad las relaciones entre roles tienden a la simetría, mientras que en la segunda a la
asimetría. Esta simetría y asimetría al tiempo que son epistémicas también son políticas por
cuanto implican una diversa distribución del poder sobre la producción de conocimiento
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psicológico a partir del experimento. En el caso de la comunidad estadounidense ese poder
queda del lado exclusivo de los “observadores” que son ellos mismos, mientras que los
“sujetos” de experimentación, que por definición no forman parte de la comunidad, quedan
excluidos del proceso de producción de conocimiento psicológico acerca de sus propias
actividades que aportan como datos. Es decir, los “sujetos” ya no producen conocimiento
legítimo sobre la experiencia psicológica de sus propias actividades, ahora la producen
monopólicamente los “observadores”, a saber, los nuevos profesionales de la psicología.
Cualquier conocimiento de esta materia producido por fuera de esta comunidad y sus
instituciones, sino queda inmediatamente deslegitimado como verdadero debe de
legitimarse a través de ella.
Desde la crítica de Pérez a Lakatos
(1,4)
, se puede interpretar la relación experimental entre
“observadores” y “sujetos” de experimentación como una de las formas históricas que ha
asumido la relación entre el conocimiento científico y la experiencia. Así como esta última,
tanto los “sujetos” de experimentación como sus actividades aparecen en el experimento en
una posición de poder inferior a los “observadores”, volviéndolos susceptibles de ser
gobernados racionalmente por ellos. Por otro lado, el experimento al mismo tiempo que
produce más conocimiento psicológico en los “observadores” va produciendo más
desconocimiento psicológico no sólo en los “sujetos” de experimentación, sino que en
todos los grupos sociales extra-comunitarios. Esto último, sin embargo, garantiza a la
comunidad de psicólogos profesionales el progresivo control social sobre la producción de
esa forma de conocimiento. En otro texto titulado “Desde Hegel. Para una crítica radical de
las ciencias sociales” Pérez
(6)
interpreta este control sobre el conocimiento, como el
advenimiento histórico de una nueva forma de poder sobre lo social a través de la
institucionalización de las ciencias sociales durante el siglo XIX. Esto no sólo ocurre con la
psicología desde 1889 sino que mucho antes con la fundación de la antropología, la
sociología, la economía, la lingüística, etc. Todas ellas y sus comunidades comparten el
reclamo a la filosofía de sus respectivos objetos de estudios los que una vez
institucionalizados se declaran epistémicamente autonomizados. A grueso modo es una
misma operación política que se repite en todos los saberes acerca de la sociedad y que
hacen retroceder rápidamente a la filosofía en una serie de materias públicas que ahora se
han “privatizado”.
Conclusiones.
Ya para terminar, la legitimación del método experimental ante los intereses de la
comunidad de industriales fue posible, señala Danziger, a condición de producir situaciones
donde un grupo pudiera controlar las condiciones de trabajo de otro grupo, dado que éstos
eran los contextos en los que operaban
(6)
. Esas situaciones no experimentales determinaron
que en la situación experimental los “observadores” se posicionaron en el lugar de control,
mientras que los “sujetos” de experimentación en el lugar de los controlados. Los datos así
producidos debían ser útiles para quienes ocupaban posiciones de poder frente a otras
personas o grupos de personas. De modo, que los mismos no sólo fueron empleados para
contextos industriales, sino que en general para cualquier contexto administrativo que se le
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pudiera llegar a asimilar, por ejemplo, escuelas y hospitales. Pérez verá en el desarrollo de
estas formas de experimentación una nueva manera de ejercer poder sobre la división social
del trabajo no vinculada a la propiedad de los medios de producción, sino que a la posesión
de bienes de cualificación derivados de la experticia y conocimiento en un determinado
sector productivo. La consolidación institucional de este nuevo ejercicio del poder, en el
caso de la psicología estadounidense, hará cada vez más opaca su relación histórica con las
comunidades de industriales a las que debe su chispa inicial.
Referencias.
1. Pérez C. Sobre un concepto histórico de ciencia: de la epistemología actual a la dialéctica.
2008. 2ª ed. Santiago de Chile: LOM Ediciones.
2. Lakatos I. La metodología de los programas de investigación científica. 1982. Madrid:
Alianza Editorial.
3. Danziger K. Psychology in social context. Los orígenes sociales de la psicología moderna.
1979. New York: Irvington Publishers; 1-14. Available from:
http://historiapsi.com/psico/wp-
content/uploads/2020/04/Danziger_Origenes_Sociales_Psicologia.pdf
4. Berliner H. Segundas Jornadas de Atención Primaria de la Salud. Buenos Aires:
CONAMER y A.R.H.N.R.G.; 1988. Una perspectiva más amplia sobre el informe Flexner;
331 356.
5. Hothersall, D. Historia de la psicología. 1997. ed. México: McGraw-Hill Interamericana
Editores.
6. Pérez C. Desde Hegel: para una crítica radical de las ciencias sociales. 2008. xico:
Editorial Itaca.