Revista Salud y Bienestar Colectivo
Enero-Abril, 2021. Vol 5, Nº 1 ISSN 0719-8736
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que estos tienen en el físico y por consecuencia en la moral del hombre. Efectivamente la grande
estención [sic] de la piel, la enorme transpiración que se verifica en la superficie de un modo
insensible y las relaciones simpáticas que las unen con los órganos más importantes de la vida, son
conocidos generalmente y demuestran el interés que debe inspirar los baños destinados a mantener
y restablecer la integridad de sus funciones. La forma y clase de vestidos de los presidiarios, la
escaserespet [sic] de ellos, el poco aseo a que naturalmente están condenados por razón de sus
costumbres y ocupaciones, contribuyen a retener en la superficie del cuerpo varias sustancias
perjudiciales y que reclaman más imperiosamente el uso periódico de los baños. Es uno de mejores
medios para procurar al campo el vigor necesario para resistir a la debilidad que el calor tiende a
introducir en el organismo, es así mismo indispensable a los hombres que trabajan diariamente al
sol y tienen el cuerpo sucio por el calor y el polvo. Nada es más saludable que la costumbre de
bañarse en agua fría una vez a la semana.
Se aumenta la contractilidad muscular, es más vivo el apetito, más fácil la digestión, se completa el
calor del cuerpo, se fortifican las constituciones delicadas y se destruyen una porción de
predisposiciones a que están expuestos los presidiarios con la influencia del agua fría. - 7° Que los
usos se conducen regularmente bien, respetándose como a superior. - 8° El cuadro adjunto
manifestará a V., las altas y bajas que ha habido en el tiempo que V., me indica. 9° Que hay seis
individuos que padecen enfermedad crónica y son los siguientes: Lorenzo Ponce, inválido por no
tener más que una pierna. - José Castro y Juan Reyes padecen de una enfermedad constitucional
crónica o sean serofulos [sic]. Matías Sifuentes, Alejando Venegas y Mateo Carmona, sufren el 1°
de una hernia humbilical, [sic] el 2° y 3° hernia inguinal. Todas estas son incurables en razón de ser
enfermedades crónicas. Es cuanto puedo informar a V., sobre las diferentes preguntas que se ha
servido hacerme, asegurándole es por ahora cuanto se me ha ocurrido. Dios guarde a V. José
Joaquín Aguirre”.
Réstame solo, señor Ministro, consignar una palabra sobre el tiempo de condena y los indultos.
Pienso que el tiempo de condena de un reo a la Cárcel Penitenciaría, no debe bajar de dos años y si
exeder [sic] cuantos los tribunales hallasen conveniente. Dos años es el mínimo del tiempo
empleado para el aprendizaje de un oficio, hasta cierto grado de perfección, y si el pensamiento de
esta institución, es inocular un modo de vivir honradamente a ciertos hombres que por no poseer tal
arte, se abandonan a los crímenes y vicios, claro es que toda continuación por menos tiempo sería
un obstáculo positivo para alcanzar ese objeto. Nada produce pues para el individuo, para la
sociedad, ni para el Estado. Los indultos según el aparato de que los haga acompañar, sirven de